domingo, 12 de diciembre de 2010

Viena II


Es el Musikverein , donde cada año se celebra el famoso "Concierto de Año nuevo" y una de las salas con mejor acústica de todo el mundo. Según he oído las entradas para el famoso concierto hay que pillarlas con años de antelación así que teniendo en cuenta eso, y que no me venía bien pasarme por allí el 1 de Enero, opté por ir un martes cualquiera a escuchar un concierto de música clásica "sencillita", un concierto para violín y orquesta de Beethoven y otro dos para piano y para clarinete de Mozart. Las únicas entradas que quedaban costaban 5 euros por lo que deduje que igual que en la Ópera de Viena correspondían a las localidades de la masa, de la plebe, del pueblo llano o sea, de pie.

La verdad es que me encantó estar con los japoneses, los niños frikis, las jubiladas y los hippies. Enseguida nos aposentamos en el suelo aunque también para eso había que buscarse la vida pues los huecos de pared ( respaldos) estaban muy solicitados. Creo que nunca había sentido con tanta intensidad esa especie de conexión con los otros. No sé muy bien como explicarlo pero cerré los ojos y es como si sintiera las presencias de los que te rodean, todas sus mentes concentradas exactamente en lo mismo que yo, sin ninguna distracción de ningún tipo. Ahí es donde pareces apreciar una energía no palpable pero que de alguna manera te ayuda a disfrutar todavía más de la escucha.

Tenéis que hacer la prueba. Un vinito o un lo que sea, alguien a vuestro lado (solos tambien creo funciona), cerrar los ojos y concentrarse en esa melodía de notas largas del clarinete: segundo tiempo del concierto de Mozart


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