Podría decir que casi en el 90% de los casos de personas que exigen derechos a las Administraciones o a la sociedad en general, me pongo del lado de ellas. Toda reivindicación moviliza, remueve, nos hace pensar, valorar, ponernos en el lugar del otro, tenga o no tenga razón, por eso que salga a la luz el caso de las lesbianas asturianas a las que se les ha denegado la inseminación me ha parecido muy interesante.
¿Existe un derecho absoluto a ser madre? Si alguien se ha leído lo que escribí hace unos días sobre la maternidad ya intuirá cual es mi postura. Es verdad, en un mundo utópico lo deseable sería que cada persona consiguiera cumplir uno a uno todos sus deseos y sueños y que fuera cual fuera la dificultad que tuviese para alcanzarlo, el Estado estuviera ahí para superarla a su lado. El problema es que tenemos unos recursos limitados que hay que repartir entre muuuuuchos problemas a resolver.
Si no he entendido mal, las mujeres en cuestión no tienen ningún problema de salud. No se les está discriminando por su orientación sexual sino por su condición de "persona no enferma". El límite que la administración sanitaria pone, lógicamente, es que exista un problema de salud y ése no existe. Están absolutamente sanas y capacitadas para tener hijos pero, dicho a lo bruto, han optado por elegir una pareja que no les puede proporcionar semen. Decía una de ellas que la Sanidad pública le estaba obligando a tener relaciones sexuales con un hombre, pero no. Lo que te está diciendo es que si quieres acceder al “privilegio” de ser madre, te lo pagues tú porque no entras dentro de "la normalidad". ¿Que es injusto? Pues sí, en un mundo idílico todos los ancianos y ancianas tendrían a su disposición una persona puesta por el Estado que les cuidara; fulanita, que no tiene brazos ni piernas tendría una ayudante permanentemente porque quiere tener un hijo y nadie puede quitarle ese derecho (caso real), y si mi sueño fuera subir al Everest y no estoy en forma, el Estado me pondría un helicóptero para cumplirlo, pero volvemos a lo mismo, recursos limitados para demasiadas demandas.
¿Existe un derecho absoluto a ser madre? Si alguien se ha leído lo que escribí hace unos días sobre la maternidad ya intuirá cual es mi postura. Es verdad, en un mundo utópico lo deseable sería que cada persona consiguiera cumplir uno a uno todos sus deseos y sueños y que fuera cual fuera la dificultad que tuviese para alcanzarlo, el Estado estuviera ahí para superarla a su lado. El problema es que tenemos unos recursos limitados que hay que repartir entre muuuuuchos problemas a resolver.
Si no he entendido mal, las mujeres en cuestión no tienen ningún problema de salud. No se les está discriminando por su orientación sexual sino por su condición de "persona no enferma". El límite que la administración sanitaria pone, lógicamente, es que exista un problema de salud y ése no existe. Están absolutamente sanas y capacitadas para tener hijos pero, dicho a lo bruto, han optado por elegir una pareja que no les puede proporcionar semen. Decía una de ellas que la Sanidad pública le estaba obligando a tener relaciones sexuales con un hombre, pero no. Lo que te está diciendo es que si quieres acceder al “privilegio” de ser madre, te lo pagues tú porque no entras dentro de "la normalidad". ¿Que es injusto? Pues sí, en un mundo idílico todos los ancianos y ancianas tendrían a su disposición una persona puesta por el Estado que les cuidara; fulanita, que no tiene brazos ni piernas tendría una ayudante permanentemente porque quiere tener un hijo y nadie puede quitarle ese derecho (caso real), y si mi sueño fuera subir al Everest y no estoy en forma, el Estado me pondría un helicóptero para cumplirlo, pero volvemos a lo mismo, recursos limitados para demasiadas demandas.
Mi postura es radical pero, con las lesbianas y las heteros. Soy totalmente contraria a que mi dinero se utilice para traer niños a este mundo sólo porque alguien considera que para ser feliz, lo necesita, sólo porque la sociedad nos dice que para ser feliz lo necesitamos.
Sería estupendo un Estado millonario y omnipotente que nos hiciera iguales en la diferencia y nos pagara todos nuestros sueños pero esto es la vida real y cada cual se apaña ( y se paga), sus incapacidades, sus traumas, sus peculiaridades y sus sueños, como puede y le dejan.
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