Casi toda la oficina está revolucionada. El desalojo de Kukutza no deja indiferente a nadie y a través de facebook y de la última hora de los periódicos, todas andamos siguiendo las últimas noticias que hablan del inicio, esta mañana, del inevitable desalojo, de detenidos, de helicópteros, de contenedores volcados, de tanquetas, etc.
Para quienes no sabéis del tema, os aviso que se trata de una situación complicada que se arrastra desde hace muchos años. De forma muy sencillita, se trata de un edificio que estaba en desuso y fue ocupado por el vecindario del barrio de Rekalde ( barrio, según muchos, históricamente olvidado por las autoridades municipales) y donde durante 13 años han realizado un proyecto cultural autogestionado y de amplia participación. Como era de esperar, el dueño del edificio exigió sus derechos y ante los tribunales pidió el desalojo del mismo para su posterior derribo y destino a un proyecto inmobiliario.
Las posturas, sin matices, son dos básicamente. Si te quedas en la realidad “formal”, el derecho de propiedad del dueño gana ante los tribunales y ante las mentes que no ven más allá de la estricta legalidad. Sin embargo, el proyecto cultural y de amplia base social ha demostrado ser bueno y necesario para el barrio y las personas que lo habitan (da fe de ello el amplísimo respaldo que está recibiendo desde todos los ámbitos), y merece, sin duda, ser considerado como de interés público.
El Alcalde se defiende de forma contundente diciendo que el Ayuntamiento no puede asumir el pago a escote de 6 millones de euros en tiempos de crisis (no se dejen engañar, el Ayuntamiento de Bilbao es uno de los pocos o el único que tiene sus cuentas absolutamente saneadas), después de que en todos estos años no han contado con ellos para nada. Esto no significa más que no ha podido “controlar” lo que allí se hacía y eso le duele, pero en términos económicos, lo que significa es que el Ayuntamiento se ha ahorrado tiempo y dinero en organizar la oferta cultural a la que los vecinos y vecinas de Rekalde tienen derecho.
Nuestro Alcalde, sin embargo, no ha tenido problemas en invertir nuestro dinero en un proyecto faraónico como la Alhóndiga, precioso, que deja muchas bocas abiertas incluida la mía, pero que ha tenido un coste de 75 millones de euros. Eso sí, en el centro-centro de Bilbao, al ladito de toda la gente de bien.
Me atrevo a recordar al señor Alcalde que el poder público tiene a su disposición una figura llamada expropiación que se justifica precisamente cuando existe un probado interés público. Pero aquí pasa lo de siempre, que depende quien esté detrás de ese interés público, cambiamos la vara de medir. Si lo que quiero es hacer es una autopista o un tren de alta velocidad no hay problema en expropiar tierras y casas de pequeños propietarios porque el interés público parece estar probado, sin embargo, un edificio completo en manos de gente con probada capacidad de organizar y de ilusionar a todo un barrio pero que no se deja “controlar”, no se ve precisamente como de interés general.
A estas horas, KuKutza, ya está en manos de la Ertzaintza que, se dice, ha utilizado medios desproporcionados, que han provocado la apertura de un expediente de oficio por el Ararteko para investigar las circunstancias de la actuación de ésta. Ya circulan fotos de los últimos desalojados con las manos en alto y encañonados por la poli.
A la tarde se convoca manifestación a las 17h que promete ser movidita.
Para quienes no sabéis del tema, os aviso que se trata de una situación complicada que se arrastra desde hace muchos años. De forma muy sencillita, se trata de un edificio que estaba en desuso y fue ocupado por el vecindario del barrio de Rekalde ( barrio, según muchos, históricamente olvidado por las autoridades municipales) y donde durante 13 años han realizado un proyecto cultural autogestionado y de amplia participación. Como era de esperar, el dueño del edificio exigió sus derechos y ante los tribunales pidió el desalojo del mismo para su posterior derribo y destino a un proyecto inmobiliario.
Las posturas, sin matices, son dos básicamente. Si te quedas en la realidad “formal”, el derecho de propiedad del dueño gana ante los tribunales y ante las mentes que no ven más allá de la estricta legalidad. Sin embargo, el proyecto cultural y de amplia base social ha demostrado ser bueno y necesario para el barrio y las personas que lo habitan (da fe de ello el amplísimo respaldo que está recibiendo desde todos los ámbitos), y merece, sin duda, ser considerado como de interés público.
El Alcalde se defiende de forma contundente diciendo que el Ayuntamiento no puede asumir el pago a escote de 6 millones de euros en tiempos de crisis (no se dejen engañar, el Ayuntamiento de Bilbao es uno de los pocos o el único que tiene sus cuentas absolutamente saneadas), después de que en todos estos años no han contado con ellos para nada. Esto no significa más que no ha podido “controlar” lo que allí se hacía y eso le duele, pero en términos económicos, lo que significa es que el Ayuntamiento se ha ahorrado tiempo y dinero en organizar la oferta cultural a la que los vecinos y vecinas de Rekalde tienen derecho.
Nuestro Alcalde, sin embargo, no ha tenido problemas en invertir nuestro dinero en un proyecto faraónico como la Alhóndiga, precioso, que deja muchas bocas abiertas incluida la mía, pero que ha tenido un coste de 75 millones de euros. Eso sí, en el centro-centro de Bilbao, al ladito de toda la gente de bien.
Me atrevo a recordar al señor Alcalde que el poder público tiene a su disposición una figura llamada expropiación que se justifica precisamente cuando existe un probado interés público. Pero aquí pasa lo de siempre, que depende quien esté detrás de ese interés público, cambiamos la vara de medir. Si lo que quiero es hacer es una autopista o un tren de alta velocidad no hay problema en expropiar tierras y casas de pequeños propietarios porque el interés público parece estar probado, sin embargo, un edificio completo en manos de gente con probada capacidad de organizar y de ilusionar a todo un barrio pero que no se deja “controlar”, no se ve precisamente como de interés general.
A estas horas, KuKutza, ya está en manos de la Ertzaintza que, se dice, ha utilizado medios desproporcionados, que han provocado la apertura de un expediente de oficio por el Ararteko para investigar las circunstancias de la actuación de ésta. Ya circulan fotos de los últimos desalojados con las manos en alto y encañonados por la poli.
A la tarde se convoca manifestación a las 17h que promete ser movidita.
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