lunes, 2 de mayo de 2011

Lo del Bildu me abochorna

En realidad, había pensado que había una minúscula posibilidad de que esto no pasara. Ahora se confirma que ni con los años he dejado de ser una ilusa.
No quiero repetir prácticamente lo que ya dije en relación a Sortu, pero sí quiero hacer constar que esta nueva resolución me avergüenza, me sonroja, me indigna, me enfurece, me desilusiona y me entristece.

Desde un punto de vista político, me duele comprobar que todos los conceptos y principios fundamentales que me enseñaron en la carrera ( derecho, justicia, democracia, legalidad) valen una mierda cuando lo que está en juego son votos. Los del PSOE se lavan las manos diciendo que es una decisión de los tribunales pero todos sabemos la realidad, todos sabemos que si hubieran sido valientes, que si no estuviera detrás el miedo aterrador a perder votos, esta decisión se podría haber evitado.
Me parece vergonzoso que a los dos partidos mayoritarios de este puñetero país les parezca legal juzgar y condenar algo tan etéreo y difícil de probar y demostrar como las posibles intenciones delictivas o conflictivas de unos candidatos . Pero sobre todo me parece vergonzoso y alucinante que lo hagan dos partidos que llevan a estas elecciones cientos de candidatos que ya, al día de hoy, están involucrados en delitos. ¿Cómo se puede tener la cara de pedir garantías de buenas intenciones a los demás cuando uno ya ha demostrado que no es de fiar? ¿ Quién os pre-juzga a vosotros?
Lo más triste de todo es que esta decisión tiene un punto de vista humano que la gente que vive fuera sigue sin imaginarse, sin percibir, sin sufrir como lo hacemos quienes vivimos aquí. Y es que a nosotros nos toca ahora enfrentarnos a las miradas interrogantes, desconfiadas y desilusionadas de las compañeras de trabajo, los vecinos y los amigos que se han quedado sin opción política. No sé si consigo explicarme bien, es algo similar a la sensación que tengo cuando paso entre una cola de gente que espera para pedir una ayuda social porque están en el paro, y yo, privilegiada, entro a trabajar.
Me siento en la obligación, aunque no sea yo la culpable, de pedirles perdón en nombre de este país de pandereta por estos políticos bananeros , por esta justicia partidista y en definitiva por esta sociedad antidemocrática que les ha robado uno de los derechos fundamentales que ¿garantiza? la Constitución.

1 comentario: