viernes, 18 de noviembre de 2011

Lo de Santutxu (2ª parte)

Entonces aparece nuestro superhéroe, el protector de los indefensos, nuestro alcalde, y se estruja la cabeza intentando evitar que esta situación le salpique y castigue a su partido, y de paso rentabilizarla para arañar unos votitos. Y se le ocurren tres grandes ideas.
Primero convoca una concentración de condena a la que yo no asisto porque no entiendo. Podrá ser una concentración de apoyo a los familiares y víctimas o, si se quiere, un homenaje, pero no una manifestación de condena porque para eso hace falta que al otro lado de quienes están manifestándose haya una situación a mejorar (si hubiera habido un error de alguna institución o autoridad) o un grupo de gente contrarios a la condena, y que yo sepa, nadie apoya un suceso como éste.
Luego dice que se persona como acusación particular. ¿Si? ¿De verdad es esto necesario? ¿No vale con que el fiscal y el juez hagan su trabajo? ¿Se trata de intentar machacarle? Entiendo que la posición del Ayuntamiento debe quedar clara en casos de violencia de género o en el caso de la violencia etarra, por ejemplo, pero ¿para qué sumar acusaciones en este caso? Pues yo no quiero pagar de mi dinero esto, que conste al menos, aunque nada pueda hacer.
Y por último, la gran frase que llenó al completo la portada del El Correo: “Un señor no puede ir por la calle con un cuchillo de 17 centímetros” En serio, ¿es una frase que le ha salido sin más o ha pensado más de tres minutos para decir semejante estupidez? Señor Azkuna, ¿y qué propone? ¿Brigadas en cada portal revisándonos cuando salimos por la mañana a trabajar, para que no llevemos cuchillo? ¿Y si me quiero hacer un bocata en el monte? Igual debería haber completado su frase: “Un señor no puede ir por la calle con un cuchillo de 17 centímetros si está pensando en acuchillar con él a los transeúntes”. Pues mire, eso nunca lo va a saber y menos evitar. El problema es que su mente xenófoba o la que quiere mostrar a sus votantes, está pensando en otra clase de “señores” y confundiendo churras con merinas, y en este punto, sólo puedo entender que lo hace intencionadamente para anunciar su particular guerra al navajero (que suena a música celestial, es decir, a votos, entre los ciudadanos que identifican navajeros y marroquíes) ¿Pero tiene algo que ver este suceso de Santutxu con su guerra? Para tranquilizar a la ciudadanía habría bastado con informarles de que tienen muchas más posibilidades de morir en un accidente de tráfico o incluso en manos de su pareja que a manos de otro iraní desquiciado, pero claro, eso no vende tanto.


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