miércoles, 13 de abril de 2011

El fin del mundo (II)

Señor, señor... Me he enterado que los carteles que ayer os puse han sido ya avistados en nuestro país, nada más y nada menos que en Carabanchel. Este hombre si que tiene el poder de la omnipresencia....y pasta...

Lo cierto es que me aburre un poco, y sólo dice tonterías como que "el dia 21 ocurrirá un gran terremoto como el mundo nunca lo ha experimentado", "que ese día comenzará un periodo de cinco meses hasta el 21 de octubre que será de terrible horror para quienes queden en el planeta" o "que el éxito del movimiento gay es una señal de que el fin del mundo está cerca", así que si teneis interés podeís meter su nombre en el buscador y listo. Voy a por otra teoría que me interesa más: la del calendario maya.

Según los pronósticos de la civilización maya, sorprendentemente experta en matemáticas y astrología, el 21 de diciembre de 2012 es el fin de esta civilización humana y una transición espiritual hacia una nueva conciencia cósmica, hacia una civilización completamente nueva. No hay evidencia científica de ningún tipo que soporte estas creencias pero los misterios sin resolver que aún hoy planean sobre la civilización maya y las ganas de la gente por salir del aburrimiento hacen que esta predicción se haya extendido como la pólvora.

En todo caso parece ser que ese día efectivamente coincide con un solsticio de invierno. El sol se superpondrá exactamente con el punto de intersección de la eclíptica de la Vía Láctea y el ecuador. Por primera vez en 26.000 años, el sistema solar se interpondrá entre la Tierra y el punto central de la Vía Láctea. Será casi como abrir una puerta al Cielo para la Tierra.

Hace ya 14 años que hice con el señor A. la que llaman ruta maya y aún recuerdo con mucha nitidez la sensación de caminar sobre una calzada de piedra de varios kilómetros construida hace siglos en medio de la selva, rodeados de ruidos de animales y montículos de vegetación frondosa que escondían miles de diferentes edificios. Lo cierto es que nunca y en ningún sitio como en Tikal, he sentido esa extraña atracción que ejerce lo desconocido. Pasear por allí y elucubrar sobre el final de aquella civilización y sus misterios es obligado.
De ese viaje tambien recuerdo que sentados en la playa vimos, saliendo del mar, una luna gigantesca, roja, impresionante , misteriosa. No estaría mal, si los aficionados a esoterismos varios tienen razón, pasar la noche del 21 de diciembre del 2012 por allí.

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