lunes, 22 de noviembre de 2010

Tragedias olvidadas

Déjame odiarte, amor.

Déjame oír de tus labios que me odias.

Déjame olvidarte.


Dime que te has olvidado,

que has olvidado esos momentos de sangre, caliente, incontenible

que has olvidado esas miradas sólidas.


Déjame odiarte, amor.

Ódiame si ya no me quieres.

Mírame el egoísmo, la indiferencia, el orgullo, los olvidos, la incomprensión, las dudas....

Mírame, dime que me odias y mata mis esperanzas.


Déjame odiarte, amor.

Di que no valió la pena, que no fue más que un engaño,

que no tienes grabado en la memoria ni uno solo de mis gestos

que no tienes grabado en tu piel ni uno sólo de mis besos.

Que no tienes grabada ni una sola de mis risas.


Déjame odiarte, amor.

Déjame llamarte traidor, ingrato, infiel, dame los motivos para hacerlo

Enséñame a registrar tu crueldad, tu indiferencia, tu egoísmo, tu incomprensión....

Enséñame a creer que tu y yo no somos nada más que tu y yo, dos extraños .


Déjame odiarte, amor.


No hay comentarios:

Publicar un comentario