viernes, 25 de febrero de 2011

Derechista, machista y católica.

Hace ya unos cuantos meses que el amigo Biru me hacía un comentario en el blog, aburrido de mis críticas al Papa y en general, a la Iglesia: si tú no eres católica, que más te da lo que diga… Entonces me quedé con ganas de escribir esto.
Yo, conocida como señorita Lu, me confieso derechista, machista y católica aunque trate (o precisamente por eso), de demostrar todo lo contrario.
Una va haciéndose mayor, va pensando, recapacitando, tratando de liberarse de toda la basura que ha recibido a lo largo de muchos años gracias a la escuela, la familia y la televisión, llegando a pensar, incluso, que lo consigue. Sin embargo cuanto más piensa y más se examina se va dando cuenta de lo difícil que resulta. Eres una ilusa si crees que esto es una cuestión matemática. Si durante 20 años has recibido determinada educación religiosa, derechista, machista parece lógico que en otros veinte, recapacitando y luchando contra las ideas adquiridas puedes liberarte de ellas. Pero no, esto no funciona así.

Anécdota reveladora
Después de pasarme los primeros años de mis hijos mellizos, niño y niña, esmerándome en darles una educación lo más igualitaria posible, esforzándome en librarles de aquellas diferencias que no son más que fruto de esta sociedad, luchando contra mi madre y, en general, contra el mundo entero y su obsesión por etiquetarles con los colores, los deportes, los gustos, las posibles ocupaciones cuando crecieran, etc., etc., un buen día sucedió algo que me dejó atónita ( y avergonzada). A algunos y algunas de los que me leéis ya os veo esbozando una sonrisa. Decía que, un día sucedió algo sorprendente: me percaté que siempre, y digo SIEMPRE, hacía los bocatas más pequeños para la niña que para el niño, un poquito, lo mínimo. Evidentemente no era algo consciente , vamos, era algo tan inconsciente que tardé un par de años en darme cuenta de ello. Eso significa que durante nada más y nada menos que unos 800 días de mi vida de madre antimachista convencida había estado reproduciendo una conducta absolutamente machista.

Así, pasa con todo. Porque la religión, el Papa y la Iglesia y la basura que ha esparcido en mi vida y sigue esparciendo, nos afecta a todos, seamos conscientes de ello o no, a los católicos no practicantes, a los católicos beatos, a los anticatólicos e incluso a los musulmanes.

4 comentarios:

  1. Puedes lavar tu conciencia fácilmente: Acaso tu hija no pesa algo menos que tu hijo? Pues ya está.

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  2. Si fuera tan fácil ya se me habría ocurrido a mí.

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  3. No eres machista, eres práctica y muy sabia.

    El consumo de calorías es mayor cuanta más masa muscular se tiene. Por genética los hombres tienden a tener más desarrollada la masa muscular que las mujeres, que almacenamos más grasa. Esto viene desde las cavernas, en que ellos cazaban y nosotras recolectábamos y engendrábamos hijos (por eso también disntinguimos más colores, no es ninguna chorrada).

    Así pues... en realidad si le das un poquito menos de comer a tu niña, en realidad cubres sus necesidades nutricionales de forma igualitaria.

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  4. Da bastante miedo o más bien repelús reconocer en una misma las actitudes que odias y has odiado durante toda tu vida, y es verdad, como bien dices es complicadísimo desembarazarse de esa educación recibida durante todo nuestro proceso de aprendidaje... es una lucha constante contra algo que está tan dentro de ti que apenas te percatas de ello... que sale en ciertas ocasiones en que evidencias que todo lo luchado se queda en una milésima parte de lo que quieres conseguir...

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