Hoy, a estas horas debería estar en Londres. Había preparado seis días estupendos, repletos de cultura, mercadillos, con paseo por el Támesis hasta Greenwich incluido. Sin embargo, por motivos económicos, me salía demasiado caro ir sola, y sentimentales, tampoco me apetece ver cosas bonitas sola, ha quedado suspendido.
Hace mucho, muchísimo que estuve en Londres. Fueron un par de veces, coincidiendo con mis 2 veranos estudiando en Worthing, en el sur de Inglaterra, y eso pasó hace ya más de 20 años. Por eso imagino que la ciudad poco tiene que ver con lo que yo vi, y sobre todo con lo que yo recuerdo que es muy poco. La memoria sólo me trae a la cabeza y a los ojos dos recuerdos que me dejaron marca: la increíble mezcla de gente de todos los lugares del mundo que entonces, antes de haber viajado y antes de vivir en el barrio en el que vivo, tanto me sorprendió (en especial los hindús con sus vistosos trajes y tocados) y el British Museum y su “Piedra Rosseta”.
Lo bueno de que haya pasado tanto tiempo es que “hoy la ciencia adelanta que es una barbaridad” y por ello podemos ver las calles de Londres en directo y casi casi el museo en también. La página del British es un maravilla. Ya sé que no es lo mismo pero te permite ver casi todo lo que tienen y además mascadito, con unas explicaciones muy interesantes para quienes no somos expertas en historia ni arqueología aunque nos gustaría serlo.
Si os pasáis por allí, debéis saber además que el museo es gratuito y la misma página os presenta distintas opciones de lo que es imprescindible de ver según el tiempo de que dispongáis.
Yo, de momento, me apunto a la cibervisita.
Hace mucho, muchísimo que estuve en Londres. Fueron un par de veces, coincidiendo con mis 2 veranos estudiando en Worthing, en el sur de Inglaterra, y eso pasó hace ya más de 20 años. Por eso imagino que la ciudad poco tiene que ver con lo que yo vi, y sobre todo con lo que yo recuerdo que es muy poco. La memoria sólo me trae a la cabeza y a los ojos dos recuerdos que me dejaron marca: la increíble mezcla de gente de todos los lugares del mundo que entonces, antes de haber viajado y antes de vivir en el barrio en el que vivo, tanto me sorprendió (en especial los hindús con sus vistosos trajes y tocados) y el British Museum y su “Piedra Rosseta”.
Lo bueno de que haya pasado tanto tiempo es que “hoy la ciencia adelanta que es una barbaridad” y por ello podemos ver las calles de Londres en directo y casi casi el museo en también. La página del British es un maravilla. Ya sé que no es lo mismo pero te permite ver casi todo lo que tienen y además mascadito, con unas explicaciones muy interesantes para quienes no somos expertas en historia ni arqueología aunque nos gustaría serlo.
Si os pasáis por allí, debéis saber además que el museo es gratuito y la misma página os presenta distintas opciones de lo que es imprescindible de ver según el tiempo de que dispongáis.
Yo, de momento, me apunto a la cibervisita.
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