miércoles, 8 de septiembre de 2010

Benedicto XVI

Hoy he escuchado una noticia en la tele que me ha dejado patidifusa: el Papa Benedicto XVI está de vacaciones. Pero perdón, que esta gente no se “va de vacaciones “, así de simple, como todos los mortales: el Papa Benedicto XVI se encuentra disfrutando de unos días de descanso estival. Esta gente lo hace todo con elegancia. A lo que iba, me ha dejado pegada al sofá.

¿Pero el Papa necesita vacaciones? ¿Las vacaciones no se toman para hacer un parón y volver a trabajar en el invierno? No sé, no me imagino a este hombre trabajando. Yo creí que Ratzinger se levantaba por la mañana y un fornido asistente personal le ayudaba a ponerse esas bonitas y actuales túnicas (dice wikipedia que fue a la edad de 5 años cuando decidió hacerse de la élite religiosa y no precisamente porque “vio la luz” sino porque quedó impresionado por la vestimenta de un cardenal que visitó su pueblo. Vamos, que lo mismo podría haberse hecho diseñador….), le preparaba un desayuno perfectamente equilibrado, y que algún sesudo Cardenal le redactaba sus encíclicas. Vamos creí que trabajar, lo que se dice trabajar, no trabajaba.

Pero aunque así fuera, pensé que no era mortal ni humano, le veo siempre disfrazado con esos mantos tan aparentes y coloridos que en mi mente se había convertido en un personaje, en un superhéroe un poco pasado de moda. Yo había escuchado que a esta estrella de mundo místico le servía con la fe para sentir la alegría de vivir, pero resulta que también necesita vacaciones y nada de 15 días en el pueblo de su infancia, se tira desde primeros de julio hasta finales de septiembre en su residencia veraniega, o sea, un palacio con hectáreas y hectáreas de jardín y vistas a un precioso lago.

A mí esto me daría igual si no fuera porque en mi interior siento que lo hace con mi dinero y el de mis antepasados, porque la Iglesia tiene una riqueza, heredada tras siglos y siglos de abuso de poder y caciquismo, que no terminan por repartir entre los más necesitados. Pero es verdad, ahora me doy cuenta, que se olvidaron de incluir entre los mandamientos de la ley de Dios o de la Santa Madre Iglesia alguno que dijera “Repartirás entre los más pobres tus riquezas”. Curioso, sin embargo, hay uno que dice “Ayudarás a la Iglesia en sus necesidades” Alucinante

2 comentarios:

  1. Ahora entiendo lo de sus modelitos de gorros, ¡es una fashion victim!

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  2. Tampoco dicen nada los mandamientos acerca de desear el hombre de la prójima....

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