lunes, 6 de septiembre de 2010

ETA, muérete

Hoy inauguro este blog. Mi idea era haber empezado hablando de mis razones, de mis expectativas, de mis necesidades, del porqué de ese título pero, una vez más, ETA irrumpe en mi vida y me obliga a opinar sobre esta última “amenaza de tregua”. No quiero escribir ni hacer un profundo análisis sobre lo que significa este anuncio. No quiero ni me siento capacitada. A la ciudadanía, a los mortales de a pie nos falta demasiada información para hacerlo. Hoy quiero hablar de personas, de personas de mi barrio, de mi entorno, con las que me cruzo o me cruzaba cada día, que esperan y desean que esto acabe de una vez por todas.

Quiero hablar de Joxe, un hombre de 85 años, deportista, hablador, cariñoso, con unos ojos azules limpios, casi transparentes, que no dejan lugar a dudas sobre la bondad de su alma. Nunca le habría conocido de no haber sido porque su nieto va a la misma escuela que mi hijo. Un día me habló de su sufrimiento, de su hijo, encarcelado a 800 Km. por pertenecer a la banda terrorista, me contó de la dificultad para verle, para comunicarse con él, de lo que necesitaba que acercaran a su hijo antes de que él muriera. Y sí, sé lo fácil que es que tras oír eso, un pensamiento rápido, casi automático acuda a tu mente para decir “él se lo ha buscado”, sin embargo, viendo esos ojos ancianos, increíbles, con las lágrimas a punto de resbalar sobre esa piel llena de surcos, sólo pude pensar que ese dolor era demasiado para ese hombre y sentí rabia hacia ETA a quien internamente culpé por no hacer que las cosas cambiaran.

Quiero hablar de Julián, un hombre de mi barrio, comprometido, con una vida a sus espaldas dedicada a luchar por los más desfavorecidos, con una familia normal, a quien conocí casualmente y con quien conversé en numerosas ocasiones y con quien no tengo la oportunidad ya de conversar porque aceptó un cargo en el gobierno y por ello se ve obligado a ir con guardaespaldas. La situación parece estar tranquila y eso hace que nos olvidemos que todavía mucha gente sigue obligada a protegerse de los violentos, de ETA.

Quiero a hablar de Ekain, a quien hace unos meses le detuvieron por su presunta relación con ETA. Cortaron la calle, registraron su casa, todo el vecindario se enteró y especuló sobre su detención. Por casualidad, me lo presentaron al cabo de unos días (no consiguieron nada en absoluto que lo relacionara con la banda terrorista) y me habló de la humillación de entrar en el hospital tumbado boca abajo en una camilla con las manos esposadas y de la paradoja de recibir en su casa pocos días más tarde la factura del hospital reclamándole el paso por sus instalaciones.

Por último quiero hablar de mi padre, que con cinco hijos tuvo que trasladarse como consecuencia de unos rumores sobre el peligro que podía correr su vida si seguía en aquel pequeño y conflictivo pueblo en el que vivíamos. Eso sucedió hace más de veinte años y sin embargo los culpables de aquel destierro forzoso son los mismos que siguen hoy afectando, dificultando (por decirlo suavemente) mi vida y la de quienes me rodean.

Yo y la mayoría de este pueblo, independientemente del respeto a la pluralidad de ideas, deseamos, exigimos que esto acabe ya, definitivamente. ETA, muérete ( o asesínate si te resulta más fácil) pero de una vez para siempre.

1 comentario:

  1. Sí señor Lu, Eta aburre ya mucho, esto sólo beneficia a los de EA que estarían al borde de la desaparición sino fuera porque se ha hecho amiguitos de los malos.

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