lunes, 27 de septiembre de 2010

Una prohibición más

Ya, ya sé que está muy mal visto eso de prohibir pero ¿no sería genial una recogida de firmas para prohibir que se hable por el móvil en los autobuses, al menos, en los de largo recorrido? Ya es duro pasarse 5 horas en un autobús casi del paleolítico, que una no es muy alta pero daba con las rodillas en el asiento de delante, que no disponía de vídeo ( más bien creo que el conductor no disponía de suficientes luces para ponerlo en marcha), pegada a un tipo de estos de gimnasio con unas espaldas el doble que las mías( uuy, recogida de firmas también para que les pongan en una zona aparte como antes a los negros ), para encima tener que soportar todas las cuitas y querellas del muchacho que se sentaba detrás y que durante casi dos horas estuvo hablando para el todo el autobús.

Le llamó la “amá” para decirle que al “pá” (sí, así, con el acento de “Los osos montañeses”) se le había quedado la camioneta atascada en la cuadra y que si no podía hacer algo. El chaval que iba acompañado de una señorita a la que seguro seguro trataba de impresionar comenzó a mover sus “hilos” para contentar a su mamá, a su papá y a su propio ego. Contactó con “el Txemita” (menudo es el Txema, menudas juergas, conduciendo medio borracho…) pero como ahora está separado y es domingo, está entregando a los hijos a su mujer. No va poder ir hasta dentro de una hora. No importa, todo bien, esperamos. La grúa grande, la grande, sí, es una camioneta de 3.500.Vuelta a llamar a la amá para decirle que su estupendo hijo ya ha resuelto todo y que esperen, que ya va el Txemita. Había una tercera interlocutora involucrada pero no me quedó muy claro quién era, ¿quizás otro miembro de la familia? Varias llamadas a esa tercera anónima. Parecía que íbamos a tener algo de paz, que todo estaba solucionado pero no, llamada de la madre, que anule “operación Txemita”, que les va a costar mucha pasta, que la furgo está sin seguro, que va a ayudarles el tío Angelín. Y el muchacho indignado, tratando de hacerse valer ante su acompañante, imponiéndose, amenazando a su madre con un “primera y última vez que me haces esto”. Llamada de nuevo al Txemita: “Aborte operación”, repito “aborte operación”.

Cooooño, que a nadie le importa tu furgo, ni el txemita, ni sus juergas, ni si tu madre te respeta o no. ¡¡¡Prohibición ya!!!

1 comentario:

  1. Eso te pasa por ir sin avisarme, el día 14 estoy pensando en ir para allí otra vez.

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