martes, 28 de septiembre de 2010

Cataluña, qué decepción

Ya sé que lo más apremiante sería hablar de la huelga general pero llevo días de atraso con una noticia de la semana pasada y de hoy no podía pasar. Que ya se sabía, vaaale, que votar en contra de los correbous era una especie de suicidio electoral, yaaaa, pero yo tengo que decirlo, tengo que denunciar la incongruencia de los políticos que votaron la prohibición de las corridas de toros y ahora apoyan que se sigan celebrando esa otra “bonita” tradición.

Y me indigna que nos tomen por idiotas, (sí, hoy me da la gana de sentirme catalana engañada), que justifiquen esta incoherencia diciendo que en los correbous el toro no muere. Le dan patadas y lo machacan con palos y botellas; les tiran petardos; les insultan (ya, ya sé que no entienden castellano ni catalán pero quería remarcar aquí la doble estupidez de quienes lo hacen); les colocan entre sus cuernos dos bolas de fuego que les quema los nervios de los cuernos; la brea que desprenden las bolas de fuego, cae y les quema los ojos pero eeehh, cuidado! que esto no es una barbarie, que al final el toro se va tan feliz para su…..aaahh, no! que tampoco le premian con una buena cena, champan y una vaca de buen ver, también le matan, lo que pasa que…. no confundan!, no lo hacen delante de toda esa gente, verdaderos amantes de los animales, sino que lo hacen con discreción, en la parte de atrás. Total, que sí, que hay una diferencia abismal entre una brutalidad y la otra.

Pero no quiero dejarlo aquí. Yo fui de las que entendió que la prohibición de las corridas en Cataluña era un ejemplo a seguir de civismo, de desarrollo, el pistoletazo de salida para otras comunidades. No he podido más que sentirme defraudada. Porque no nos olvidemos, los políticos no hacen más que reflejar la opinión de los catalanes y éstos, defendiendo esta bestialidad, no hacen más que demostrar que no están libres de pecado, que a pesar de presentarse como ejemplo de nación civilizada y moderna, conservan y protegen tradiciones que sólo pueden entenderse como ejemplos de barbarie y primitivismo. He dicho.

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