sábado, 30 de octubre de 2010

¿Casualidad?

El otro día recibí una llamada inesperada. Ni ella sabía muy bien con quien estaba hablando ni yo acababa de ponerle cara a aquella voz. Se trataba de la madre de una de las amigas de mi hijos que hace unos años decidió dejar la vida de ciudad para marcharse a un pequeño pueblo perdido de Burgos. Me contó que había montado una casa rural y que hacía talleres, que no sabía si a mí me iba el rollo de “energías”. Conociéndola un poco me imaginé que no se estaba refiriendo a las energías renovables sino a LA ENERGIA, esa que no vemos pero que supuestamente forma alrededor y dentro nosotras un aura que podríamos llegar a controlar si quisiéramos. Ejeeem, -le dije con una sonrisa en los labios- lo cierto es que soy bastante descreída. Ella también reía al otro lado del teléfono sin darle demasiada importancia. Me dijo que en cualquier caso podía plantearme ira algún fin de semana a disfrutar simplemente de la naturaleza que les rodeaba.

Lo cierto es que a veces suceden cosas tan extrañamente “casuales” que podrían hacernos sospechar que hay algo más que lo que a simple vista vemos y que nos conecta de una forma que desconocemos. Venía yo este mismo domingo con la firme convicción de ponerme otra vez a mover los papeles para apostatar. Ya lo estuve mirando hace un par de años pero, como siempre, me faltó voluntad para completar o al menos comenzar el proceso que todos auguran largo. Pensaba que no era lícito criticar a las feministas islámicas por su conexión con una religión que les discrimina de forma tan evidente, mientras yo seguía perteneciendo a un “club” que hacía exactamente lo mismo con sus mujeres. No me dio tiempo a compartir esta decisión con nadie, la fui madurando durante el Congreso y en las esperas en el aeropuerto. El domingo llegué a casa tardísimo y no tuve fuerzas para abrir mi correo. El lunes cuando lo hice, me encontré un mensaje de mi hermana, que vive fuera de España, que ni siquiera sabía que yo estaba en el Congreso y con la que no todas las semanas me comunico, que decía: “¿Que pasó aquella vez con la apostasía? Me gustaría mover ese tema para estas Navidades……”

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