viernes, 15 de octubre de 2010

Des-encadenandome

Hoy mis retoños cumplen 12 añitos. Me parecía justo que empezaran bien el día así que me he plantado en su casa a las 7.15 de la mañana para sorprenderles con unas pastas de chocolate y darles un beso. Estaban pletóricos. No es que esperen una montaña de regalos sino que se sienten protagonistas y eso les hace felices. Me enternece, me demuestra que siguen siendo niños, y me hace pensar que todavía falta mucho para que se “me escapen”. Y es que es difícil de explicar, pero desde el mismo día en que nacieron tengo la sensación de que se están marchando. Tengo la sensación y además quiero tenerla.
Quiero ser consciente de que son seres independientes, que construirán su propio camino en el que puede que yo esté y puede que no, quiero ser consciente de que quizás se vayan a vivir lejos y apenas pueda verles una vez al año, o de que, aunque se instalen a dos calles de la mía, puede que no tengan tiempo para acordarse de su madre o simplemente no quieran.
Quiero ser consciente de todo eso para que cuando suceda, cuando esas personitas que rellenan mi vida, que ocupan el 50 % o más de mi mente y de mi tiempo, se alejen y tenga que asumir sus vidas lejos de la mía, pueda estar preparada y soportarlo.
Y sobre todo, si soy sincera, quiero ser consciente para día a día esforzarme, con disimulo, sin caer en el ridículo, en conseguir que eso no llegue nunca. ¿Alguien tiene unas cadenas a mano?

2 comentarios:

  1. Con mucho gusto te dejaria mis cadenas, pero las estoy usando.

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  2. Como decían en la guerra de la independencia: Vivan las caenas!!

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